Me trataste como si fuera un juguete, y me da igual. La verdad es que me canse de que me trataras tan mal. Tus gritos, tus insultos los sabemos tu y yo y dios. Solo te devolvi el favor con un adios.
Benditos pecadores;
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario