Benditos pecadores;

Por fin he encontrado un remedio infalible que borre del todo la culpa. No pienso quedarme a tu lado mirando la tele y oyendo disculpas. La vida me ha dado un hambre voráz y tu apenas me das caramelos! Me voy con mis piernas y mi juventúd por ahí aunque te maten los celos.
Una loba en el armario, tiene ganas de salir.

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